EL RINCÓN DE LOS CATÁLOGOS
LIBRERÍA ANTICUARIA
por EL CURIOSO AVERIGUADOR
Muchos años han trascurrido desde que la fina sensibilidad de Anatole France escribía, en una de las primeras páginas de Le crime de Sylvestre Bonnard, Membre de l’Institut, estas frases: “No conozco lectura más fácil, más atrayente, más deliciosa que la de un catálogo”. En efecto, los catálogos de librería ejercen, sobre la atención del bibliófilo, atracción tan poderosa que a su sola presencia quedan olvidados los más apremiantes quehaceres, relegadas las urgencias inmediatas, para consagrar horas, y aun días, al repaso de los números en que pueden ir descritas las obras en cuya búsqueda andamos.
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