LA ERUDICIÓN EXTREMEÑA
Y LA ACADEMIA DE LA HISTORIA
(1877 -1945)
Acertadamente resumía el Duque de Maura, no hace mucho, un concepto usual, admitido como moneda de curso por esa inmensa multitud de vulgo letrado que menosprecia con harta frecuencia lo que ignora.
“Suele ser tópico denigratorio de las Academias –dice el ilustre biógrafo de Carlos II- el que presupone a sus numerarios (hombres ya, por lo común, maduros o ancianos), sesteando inactivos después de su pretérita labor, más o menos copiosa e intensa, a la sombra de los simbólicos laureles atesorados por la Corporación en el curso de centurias.”
A desvirtuar tan extendidas vulgaridades, han venido recientemente dos publicaciones: una relativa a lo hecho hasta aquí por anteriores académicos y otra que hace periódica referencia a las actividades científicas de los numerarios actuales, dentro y fuera de la casa.
Es la primera un grueso volumen de quinientas páginas en cuarto mayor, en el cual el Excmo. Sr. D. Vicente Castañeda y Alcover, Secretario Perpetuo de la Academia, ha recogido el índice cronológico de los ciento quince tomos hasta hoy impresos del Boletín de la Corporación.
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