Badajoz, 20 de septiembre de 1897 / Londres, 24 de diciembre de 1957
El escritor Arturo Barea Ogazón es uno de los pocos intelectuales extremeños estudiados en estos apuntes que ha merecido, a nivel nacional, el reconocimiento a su trabajo literario después de la guerra civil española (1936-1939), y su obra ha sido afortunadamente rescatada y reeditada por numerosas editoriales, así como llevada al cine su obra principal: La forja de un rebelde.
Hemos señalado en numerosas ocasiones, cómo los intelectuales vencidos de dicha contienda fratricida han conseguido no obstante vencer en el terreno cultural a sus enemigos ideológicos, de tal manera, que a fecha de hoy y después de más de setenta años de su finalización, todos aquellos que tuvieron que exiliarse, pasar por prisiones franquistas e, incluso, los que desgraciadamente murieron durante, o poco después de la misma y como consecuencia de ella, han pasado en muchos casos a convertirse en verdaderos iconos de las letras nacionales (García Lorca, Miguel Hernández, Antonio Machado, etc.), mientras que, curiosamente, aquellos escritores que siguieron leales a las fuerzas ganadoras han pasado a un total ostracismo, teniendo muchos de ellos suficiente calidad como para que sus obras merezcan otro trato más considerado, o le es negado el más mínimo reconocimiento literario, como ha sido el caso, no hace muchas fechas, del homenaje al escritor y poeta Sánchez Maza, al que la Delegada de Cultura (¿) de la Asamblea de Andalucía negó su permiso para dicho para dicho acto. Curiosidades de este país, donde la cultura se transforma en un arma de propaganda política acorde a nuestras convicciones personales.
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